Caminando (Lucius)

Salí fuera a caminar un poco. Era bastante raro en mi, pero el clima estaba bien. No hacía ni mucho calor ni mucho frío.
A lo lejos vi a Ann. Sonreí y me acerqué.
-Mira a quien tenemos aquí. La vergüenza de la familia.-dije arrogante mirándola de pies a cabeza. No me cabía en la cabeza como una Malfoy podía ser así. Me molestaba eso.

Me reí bajito al ver su reacción cuando oyó mi voz.
-No disimules, Ann. Sé que te encanta estar conmigo... Aunque bueno, el sentimiento no es mutuo.-dije arrogante, metiéndome las manos en los bolsillos.
Miré a la dirección del lago.
-Mhm.-murmuré indiferente. -Bueno, en fin, ¿que hace la santita aquí sola?-le pregunté con una media sonrisa.

Solté una carcajada.
-No son tonterías. Y te hablo de eso para que abras los ojos de una vez.-expliqué mirándola. Levanté una ceja para después sonreír.
-Pues será que no me conoces tan bien, querida.-contesté con un tono burlón.

Sonreí satisfecho por su respuesta.
Ella siempre contestaba en contra de mi comportamiento con los sangre sucia.
Siendo ella mi prima y lo que es mas importante, una Malfoy, su bondad o eso lo que tenía ella, era irritante. No me importaba demasiado que otra gente no piense igual, pero ella era mi familia y eso me molestaba. Aunque era casi imposible de convencerla de que se pusiera de mi lado.
-Simplemente estoy aquí y ya esta.-contesté indiferente. -¿Y tu?-pregunté por preguntar.

Me quedé pensativo al oírla.
Era verdad, cuando eramos niños hablábamos bastante, pero eso era porque aun no sabíamos mucho de este mundo. Esas charlas que teníamos se acabaron cuando decidimos tomar caminos diferentes. Desde allí, nos fuimos distanciando.
Decidí aceptar su petición, pero solo esta vez. Después de esto volvería a intentar a que abra los ojos.
La miré con una pequeña sonrisa.
-¿Pobre lago? ¿En serio?-pregunté mirando a la dirección de este. -¿Que pasaría si te lanzara yo allí? Podría decir que fue un accidente.-dije divertido acercándome a ella peligrosamente.

Solté una risita malévola, por lo bajo.
Era capaz de meterla en el lago y ella lo sabía. El tiempo estaba bastante bien, entonces ¿por que no darse un baño? Seguí acercándome lentamente, pero cuando llegó a la orilla corrí hacia ella. La cogí, levantándola y poniéndola en mi hombro. Sujeté bien sus piernas para que no las moviera. No pesaba mucho así que podía caminar con bastante facilidad.
-¿Que tal un baño, querida?-pregunté parándome donde empezaba el agua.

Solté una carcajada al oír las amenazas.
-¿En serio? Pues que miedo tengo. Me tiemblan las piernas.-dije pensando en la manera de tirarla y no mojarme. El agua no estaba tan frío así que, ¿por que no darse un baño? La cogí en brazos rápidamente.
-Nunca viene mal un baño, ¿no?-pregunté con una sonrisa. -Diviértete.-murmuré y sin pensármelo dos veces la tiré antes de que pudiera cogerse fuertemente.
-Espero que sepas nadar.-grité arreglándome la ropa.

Me reí cuando salió a la superficie con el pelo en la cara. Me aparté un poco de del agua por si se le ocurría la idea de mojarme, aunque no sería ella si no lo fuera a intentar. Al fin y al cabo la venganza esta en la sangre de los Malfoy, ¿no?
-Vaya, estas mucho mejor así, querida. Ya lo he dicho, un baño nunca viene mal.-dije con un tono burlón cruzándome de brazos mientras la miraba divertido.

Me maldecí por dentro por no haber previsto eso. Solté un bufido. Aparté un poco el pelo que me caía en el rostro. Odiaba la sensación cuando se me pegaba la camisa al cuerpo por culpa de eso. Miré a Ann entrecerrando los ojos.
-No debiste hacer eso.-murmuré empezando a acercarme a ella poco a poco, con una sonrisa malvada en mis labios.

-¿Que qué te voy a hacer? Aun no lo he pensado, pero algo te voy a hacer.-contesté divertido y al acercarme a ella le empecé a hacerle cosquillas. Eso me recordaba los días que solíamos pasar juntos cuando eramos pequeños.
-Ahora sufre por haberme mojado.-dije sin parar de hacerle cosquillas.

Me divertía verla pidiendo que pare.
-¿Que esto no vale? Estoy mojado por tu culpa y ¿te atreves a decirme que esto no vale?-le pregunté parando un poco para que respire.
-Lo mío si que es injusto.-dije divertido y volví a hacerle cosquillas.

Salté una ligera carcajada cuando me dijo que era malo.
-Lo sé, gracias por el cumplido.-dije altivo y divertido a la vez. Al recibir agua en la cara me quedé unos instantes quieto para después frotarme levemente los ojos. Observé como nadaba hacia el centro del lago y la seguí de cerca. Cuando pude cogí su pierna, parandola.
-¿Donde te crees que vas?-le pregunté con una media sonrisa.