Baño con acción [Arthur][+18]

Llegamos a la puerta del baño de los Prefectos. Miré a Arthur con ojos brillantes y una sonrisa de oreja a oreja.
Estaba muy emocionada y por otro lado nerviosa. No sabía muy bien a que venían los nervios y eso me molestaba. Solo iba al baño de los prefectos con un amigo, un amigo con el que me sentía bien. Entonces, ¿a que se debía lo de estar nerviosa? Estaba confusa y sentía que algo en mi estomago se movía. Era como un montón de hormigas paseándose por dentro tuyo haciéndote cosquillas.

Llegamos al Baño de Prefectos ambos con una gran sonrisa.
- Anda, pues... se me ha olvidado la contraseña... -bromeé rascándome la nuca, y después empececé a reírme- Olor a rosas...
Sentí que ya podíamos entrar, así que lo hice, seguido por ella.
Era un baño enorme, con una gran bañera.
- ¿Y? ¿Qué te parece?
La miré divertido.
- ¿Quieres darte un baño?

Mi sonrisa se borró cuando dijo que se había olvidado de la contraseña, pero al darme cuenta que era una broma le pegué suavemente en el hombro.
-Eres malo.-murmuré entrando tras suyo.
Observé el lugar atentamente con una gran sonrisa.
-¿Que me parece? Pues me parece que es muy bonito, el lugar.-contesté acercándome a la bañera. Oí su pregunta y le miré tímida.
-Em... Me gustaría, pero...-me quedé en silencio sin saber que mas decir.

Reí cuando dijo que era malo.
- Puedo serlo más... -dije sonrojado pero cambié rápidamente de tema- Bueno, me alegro de que te guste... podremos venir aquí siempre que quieras... incluso saltarlos las clases mañana -reí de nuevo, bromeando.
Me acerqué también a la bañera y le sonreí.
- ¿Pero qué? Molly, tranquila... nos bañaremos en ropa interior... no soy como crees -aseguré fingiendo estar ofendido, pero volví a sonreír luego.

Reí suavemente por su ``propuesta´´ de saltarnos las clases para venir aquí.
-No es mala idea, en verdad.-contesté mas animada. Me acerqué mas ala bañera y abrí os grifos. Me quedé mirando los colores que salían y la espuma.
Me quedé pensativa. No quería para nada bañarme en ropa interior y pensándolo bien, Arthur era mi amigo. ¿De que tenía tanta vergüenza?
Me quité los zapatos y las medias seguido de la corbata. Cuando empezaba a desbotonar los botones de mi camisa miré a Arthur parando un poco.
-¿Podrías darte la vuelta?-le pregunté con una sonrisa. -Espero que no te moleste.-añadí mirándolo dulcemente.

No me esperaba para nada esa respuesta de su parte. Un momento... ¿había dicho que sí? No sabía si había escuchado bien, pero prefería que así fuera.
Pero eso se confirmó cuando empezó a quitarse la ropa.
Mis mejillas se pusieron se nuevo del color de mi pelo, mirándola.
Me había quedado perplejo y no reaccioné seguramente casi medio minuto después de su pregunta.
- Ah, claro, claro... -contesté rápidamente girándome, con una sonrisa algo tonta.
Me quité la camisa y la corbata de mientras.

Después de que se girase me mordí el labio disimuladamente y seguí quitándome la ropa. Al quedarme en ropa interior me quedé pensativa. No sabía que hacer. Cogí una toalla y la puse cerca de la bañera. Miré otra vez a Arthur que ya estaba sin camiseta. Recorrí su espalda con los ojos y sonreí. Me daban ganas de acercarme y abrazarme a él, pero me contuve. En vez de eso, doblé mi ropa y me quité la ropa interior.
Como si fuera un gato salté a la bañera para después taparme con la espuma. El agua se sentía realmente genial. Cerré los ojos disfrutando la sensación.

Iba quitándome la ropa y al notar que ella entraba en el agua me giré con una sonrisa.
Me desnudé completamente dejando mi ropa tirada a un lado, entrando en la enorme bañera, que más bien parecía una piscina o algo por el estilo.
- Se está muy bien, ¿eh? -pregunté algo sonrojado, pues la tenía desnuda a menos de un metro de mí.

Cuando abrí los ojos lo vi en la bañera a escasos pasos de mi. Empecé a tener mucho calor.
Una explicación coherente era porque el agua estaba caliente, pero tenia muy claro que no era por eso. Dejé volar a mi imaginación demasiado lejos y yo misma me avergoncé de pensar en esas cosas.
-Si, se esta muy bien.-susurré intentando no mirarlo demasiado. Empecé a acercarme poco a poco, pero me di cuenta que era demasiado obvio lo que estaba haciendo. Así que le salpiqué y le saqué la lengua. Jugando era la manera mas fácil de acercarnos sin estar incómodos.

Noté que se acercaba y me acerqué también, relamiéndome los labios.
Sentía como si los labios de Molly fuese una rana de chocolate, y yo fuese un niño pequeño que tenía hambre...
Pero ella me salpicó, algo que me dejó desconcertado. No sabía cómo reaccionar, así que me acerqué más a ella, cogiéndole las muñecas con las manos.
- ¿Por qué has hecho eso? -susurré acercándome a sus labios y rozándolos.

El ritmo de mi corazón se disparó demasiado cuando se acercó y rozó mis labios. Mi respiración se agitó.
-¿Por qué? Por esto...-murmuré en voz muy baja y por impulso, casi con brusquedad me solté y lo abracé por el cuello pegándome a el completamente. Lo besé desahogando las ganas que tenía de hacerlo. No me importaba si me llegaba a apartar. Por lo menos había echo lo que deseaba y al fin y al cabo había empezado él.

No sabía a qué se refería con ese "por esto", pero lo entendí segundos después.
Me había besado... me había vuelto a besar. Y yo en ese momento me encontraba prácticamente comiéndole la boca, dejando que se notasen todas las ganas que tenía... todas las ganas que le tenía.
- No -dije separándome lentamente y mirándola. Quería hacerlo de otra forma.
Giré, de modo que quedase ella arriba, y la senté sobre mí.
Sentía su sexo cerca de mi miembro y eso me hacía sonrojarme más.

Me asusté cuando me apartó y dijo ese maldito ``No´´. Aunque fue un alivio que no querría apartarme por lo que yo pensaba. Solo querría cambiar la posición. Una posición que hizo que me sonrojara mas aún y no supiera que hacer. Sentía su miembro y eso me ponía demasiado nerviosa. No sabía exactamente que podría pasar si optaba por seguir, pero dejé de pensar e hice lo primero que se me pasó por la cabeza. Volver a besarlo.

Mis besos se intensificaban con cada momento que pasaba, y yo mientras tanto acariciaba su espalda con mis manos, que en ese momento estaban ardiendo.
La noté nerviosa, quizá más que antes, así que dejé que estuviera de nuevo ella abajo. No quería asustarla, ni nada por el estilo, y en realidad yo tampoco tenía tanta experiencia en esas cosas del amor y demás.
Bajé por su cuello con pequeños besos, que poco a poco se iban convirtiendo en mordiscos, para luego subir hasta su oído, el cual mordí suavemente también.
- ¿Quieres parar? -susurré dulcemente, mirándola a los ojos.
Lo último que quería en ese momento era agobiarla.

Cerré los ojos al sentir su manos recorrer mi espalda y los pequeños besos en mi cuello que se convirtieron en mordiscos. Ese susurro me desconcertó, levemente. ¿Por qué demonios tenía que preguntar eso? ¿Y si por eso yo le dijera que querría parar? Perderíamos los dos.
Le sonreí y negué con la cabeza. Le di la vuelta para volver a sentarme sobre él como antes.
-No es bueno dejar lo que has empezado.-dije en un susurro que podría pasar por sensual. Le lamí el cuello lentamente y le mordí, no muy fuerte. Moví mis caderas un poco.

Acaricié sus muslos sensualmente mientras pasaba mi lengua por el lóbulo de su oreja, bajando luego por su cuello. Sus palabras me hicieron esbozar una sonrisa y besarla de nuevo.
- De acuerdo... -susurré sobre sus labios bajando con pequeños besos hasta su cuello.
Estaba muy excitado, demasiado, y el hecho de que no me hubiera dicho que quería parar me aliviaba.
No quería que el agua se enfriase después, porque no dejaría lo que estaría haciendo para abrir el grifo, así que lo hice entonces con una leve sonrisa.
- Así mejor... -volví a susurrar.

Sus manos, su lengua, sus besos... Me estaban volviendo loca. Me sentía demasiado bien cuando me tocaba o me besaba. Me distraje un poco cuando abrió el grifo y le miré a los ojos. Muchos pensamientos pasaron por mi cabeza. Otra vez me estaba poniendo nerviosa así que decidí dejar de pensar tanto y ponerme con la acción. Le di un beso corto para después morderle el labio suavemente y estirarlo un poco.
-Definitivamente, así mejor.-contesté a el por lo del grifo y a mi misma que era mejor no pensar. Volví a besarlo mientras bajaba mi mano por su torso.

Le sonreí dejando caer mis manos lentamente por toda su espalda, hasta llegar a su trasero.
La miré a los ojos y me acerqué de nuevo besando su mejilla hasta llegar a sus labios, los cuales rocé sensualmente. Luego, terminé por besarla con algo de desesperación.
- Bueno, yo no tengo mucha experiencia en esto... pero quiero que sea algo muy especial -le dije con un brillo en los ojos.

Respondí a su beso de igual manera y querría seguir, pero su boca se abrió para hablar. ¿Por que tenía que hablar? Hasta donde yo sabía para eso no hacía falta gastar la voz.
Puse un dedo en sus labios.
-Shh.-susurré para después sustituir el dedo por mis labios. -No hables.-volví a susurrar encima de ellos y lo besé mientras mi mano bajaba cada vez mas. Paré un poco en la zona del ombligo.

Sonreí con nerviosismo y seguí besándola, acariciando su pierna con una mano, disfrutando con el contacto de su piel.
Sentía lo que hacía así que no dije nada, quería que siguiese, que no parase.
Llegué a su sexo e introduje un dedo en su interior, frenético, ansioso... desesperado.
Me acerqué a su cuello para dejarle una leve marca de un pequeño mordisco y soltar varios suspiros.

Jadeé levemente al sentir como introducía un dedo en mi interior. Cerré los ojos y rocé su mandíbula con mis labios, lentamente. Dudé un poco antes de seguir bajando la mano, pero al final lo hice hasta llagar a su miembro. Lo acaricié sutilmente y me acerqué a sus labios. Le miré a los ojos mientras volvía a acariciar su miembro, pero esta vez sin dudar.

Le sonreí cuando rozó sus labios en mi mandíbula y me mordí el labio inferior por su caricia en mi miembro. Nunca hubiera imaginado que estaría en un sitio como ese, con alguien como Molly, haciendo eso. Pero en fin... seguramente no iba a tener otra oportunidad para hacerla mía. Pero lo intentaría.
Subí una de sus piernas por encima de mi hombro y bajé por toda ella con pequeños besos hasta su sexo, el cual besé lentamente varias veces, hasta pasar la lengua por esa zona sin dejar el movimiento de mi dedo.

Por un instante hasta dejé de respirar. Me faltó aire por el placer que sentía. Un escalofría demasiado agradable recorrió mi cuerpo cuando él pasó su lengua. Fue uno de esos momentos cuando uno se hace la típica pregunta. ¿Por que no lo he probado antes? Supongo que fue porque no sabía que me podría gustar tanto.
Querría que Arthur también sintiera lo mismo que yo. Que sintiera como su cuerpo ardía y su cabeza daba vueltas levemente.
Lentamente lo aparté de mí. Al no sentir su dedo dentro de mí se sintió un poco raro.
Me acerqué a sus labios y lo besé con suavidad. Cogí su miembro con la mano y empecé a subir y bajarla cada vez mas rápido.

Por un momento sentí como si no sintiera absolutamente nada, y a la vez lo sentía todo... era una sensación rara que, por mucho que lo fuese, me gustaba y me hacía sonreír de esa manera tonta que, había llegado a la conclusión, sólo lo conseguía Molly.
Solía tener siempre el cuerpo caliente, pero esa vez era más. La sensación era indescriptible, y tampoco es que intentara describirla...
Tenía los ojos cerrados, pero de mientras la besaba. Sus labios tenían un sabor al que, oficialmente ya, era adicto. Eran como una droga... pero más fuerte.
Acaricié su cabello y pasé mi mano por su mejilla y después la llema de mis dedos por sus labios.