Es imposible que me descubran (Sirius) +18

Caminaba por los anchos pasillos de aquel viejo y hechizado castillo en busca de algo para divertirme. Mis amigos parecian de lo mas agobiados y él era el unico que no estaba trabajando, asi que decidi salir en busca de una nueva victima.

Entonces, en el tercer piso, la localize. Una pelirroja habia invocado la sala de los Menesteres, y yo, sin verguenza, me escondi en un lugar, para despues entrar, viendo como la chica parecia observar el baul que habia colocado alli. Mire a la chica, viendo como su cadera quedaba alzada y sin preocupacion, me acerque a ella, por detras, para despues acariciar su costado, mientras reia.

- Anda, que tenemos aqui! Un tejon buscando algo de comer-exclame felizmente, viendo como seguia buscando, esperando la reaccion de la jove tejona-

Senti como la chica se levantaba de golpe, golpeando mi mejilla con fuerza. Me tambalee con cuidado, intentando no caer al suelo y lo consegui. Puse mi mano en mi mejilla, que roja, empezaba a dolerme de gran manera. Mire a la chica serio, mientras acomodaba mi cabello que habia sido descolocado por la bruta tejona que tenia delante. Dandome cuenta de la situacion, empece a reir, intentando no mover mucho mi mejilla, mirando a la chica sonriente. No se iba a enfadar por esa tonteria, aunque no podia negar que le dolia.

- No pasa nada, aunque...estas fuerte eh?-le pregunte sarcasticamente, mientras me acercaba a ella dejando que nuestro espacio corporal se hiciera minimo, y le pregunte con aquella sonrisa picarona- Y que hacia una chica como tu en un lugar como este, tejoncita?-

Me sorprendi al ver como la joven le reconocia, aquello me hizo dejar escapar una risa burlona. Al parecer era mas famoso de lo que el mismo creia. Mire a la chica afable, sin dejar que aquella sonrisa invitadora abandonara sus finos pero carnosos labios.

- Al parecer una chica tan guapa como tu conoce mis hazañas, me siento de lo mas orgulloso-le comente mientras dejaba escapar un suspiro que quedo aplacado por mis labios, en un intento que no viera que aquel golpe me habia dolido mas de lo que queria demostrar.

Senti como la chica se acercaba a sus labios, casi rozandolas, dejandole oler aquel aliento. Olia a dulce. Fue poco los minutos que pudo disfrutar de aquel aroma, ya que la chica se separo, sentanse en aquel baul, apartandolo con la piernas, cosa que hizo que levantara mi ceja, interesado en aquella chica. Otra rebelde, ya era hora.

- Supongo que si tienes ese derecho-le comente bastante pasota, mientras miraba hacia los lados, hasta dar con la mirada azul de la joven- Yo...la verdad es que me aburria mucho y decidi buscar algo de diversion, y apareciste tu...y lo demas es historia que tu ya conoces-

Acabe confesandole, mientras dejaba que la tunica que vestia cubriera el suelo, para despues sentarse él, entreabriedo un poco sus piernas, mirando a la chica fijamente.

- En verdad las ideas vienen de esta hermosa cabeza, ellos nada mas me ayudan a realizar la idea- le comente, viendo como la joven cruzaba sus piernas, fijandose en sus piernas sin poder evitarlo, aunque no lo dejo ver.

Me acomode mejor, viendo como la chica le decia aquello, y no pude evitar el sonreir ampliamente, viendo sarcasticamente aquella insignia, siempre habia tenido poco respeto a los prefectos, aunque no podia negar que el pensar que aquella joven era la ley le hacia sentirse muy atraido por ella.

- No tengo miedo a la ley, como ya sabras-le comente mientras acomodaba mi cuidado cabello, para despues mirar a los ojos de la chica- Aunque no puedo negar que eso te hace sentir mucho mas morbosa.

Despues de aquel comentario me esperaba cualquier cosa, sabiendo que aquella joven si era estrecha podria darle muchos problemas, aunque habia salido de problemas peores. Al escuchar aquel ultimo comentario no pude evitar el mirar hacia otro lado, dejando escapar una risa orgullosa. Despues, me acomode los pantalones, mirando a la chica a los ojos.

- Perdona, yo no necesito marcar paquete, se marca solo...-le acabe diciendo sabiendo que aquella vastedad no era muy normal en él, aunque la chica le estaba incitando a ello-...Y si tienes, alguna duda, puedes preguntar a las chicas...o puedes probarlo, por ti misma-

- Lo dudo mucho, tejona, no temo a nada-le comente desafiante mientras chasqueaba mi lengua en mis diente, dejando aquella pose desafiante, rebelde, con aquella sonrisa de lado que siempre formaba delante de la justicia. Porque aquellos eran sus enemigos, y no temia a nada. Y mucho menos a unas reglas que eran faciles de romper.

Sonrei ampliamente al ver como la joven dejaba aquel baul y se acercaba a él desafiante, justo como a él le justaba, para despues retarle, aquello hizo que un escalofrio recorriera su cuerpo, mientras le miraba a los ojos serio, dejando escapar una sonrisa despota.

- Nadie ha dicho que que deje vencerme por la ley, mejor dicho, quiero que la ley se venza delante de mi-le susurre mientras le guiñaba uno de mis azules ojos a aquella hermosa joven. Al ver como sacaba su lengua, un pensaminto obsceno paso por mi mente, y sin poder evitarlo, decidi realizarlo

- Acaso para el sexo se necesita un nombre, una presentacion previa?...yo creo que lo unico que se necesita son dos cuerpos que se atraigan, que esten dispuestos y deseosos de pasarlo bien...aunque si te hace ilusion...como te llamas, prefecta de mis sueños humedos?-le pregunte mientras lamia su lengua que ella misma me habia sacado-

- Eso es imposible, asi que mentalizate, este leon jamas sera domesticado, es demasiado rebelde, aunque si quieres intentarlo, pruebalo-le rete mientras miraba a la chica con aquella sonrisa chulesca mas acentuada de lo normal

Senti como la joven me seguia el rollo, jugando con su lengua contra la mia, pero despues de cerrar los ojos senti un fuerte dolor en mi labio. La chica me estaba mordiendo el labio a drede, para hacerme sufrir. Aquello hizo que mi exciitacion augmentara, siempre habia sido un amante de aquel tipo de sexo, rudo con fuerza y con aquel dolor que lo hacia mas divertido. Mire a la chica a los ojos, aunque poco tiempo tuve, ya que la joven me tapo mis azulados ojos, empezando a susurrar palabras en sus oidos, mezclados con uno que otro suspiro. Mis manos rozaron sus piernas, en un intento de poder sentir mas de aquella chica.

- Niamh...-repeti su nombre, dandome cuenta de lo extraño que era. Sabia que podia con la chica pero aun asi, no hice nada, deje que la joven siguiera con aquel juego, ya que le parecia de lo mas interesante-

Senti su traviesa lengua por mi cuello, haciendo que mi voz se tornara ligeramente entrecortada y no de aquellos jadeos varoniles abandonara su boca. Sabia que la chica queria jugar con él, sabia que tenia las grandezas de una manda mas, y queria que el fuera el sumiso estudiante que teme al poder. Y no se equivocaba al sentir como la joven destapaba sus ojos, haciendo asi que el joven parpadeara para acostumbrar a la luz que los ojos de la chica le habian devuelto, sintiendo aquel abrazo por detras. Aquel pedido me dejo a pensar como una orden suplicaria. Pero aquella chica tenia una mala idea de él. Mis manos llegaron a mi pantalon, haciendo que la cremallera bajara con cuidado, dejando escapar una risa sarcastica.

- Mira...no me voy a doblegar delante de ti, ni por el polvo con la prefecta mas sensual que he visto, que te quede claro-le confese con aquel tono duro que utilizaba para dar a entender que aquello no cambiaria por nada, pero aun asi, gire mi rostro, en un intento de medio encarar a la chica- Aunque...de verdad deseas que te suplique, no?...El poder decir que hiciste que el gran Black suplicara por una chica, no?...-

Escuche aquel discurso que dio la joven con atencion, aunque no lo demostrara. Cuando la joven acabo, me gire para verla, alli tumbada, despues de haberme dado aquel beso en mi lugar erogeno por excelencia. No podia evitar el pensar que la chica habia pensado de la peor manera posible. No pude evitar el comenzar a reirme, mientras me tumbaba encima de la chica, poniendo sus manos encima de su cabeza, para que no se pudiera mover, mientras mi rostro se posaba en su cuello con cuidado, mordiendolo con fuerza, dejando aquella marcas que tanto le gustaban. Le gustaba marcar el territorio, como buen can que era.

- No piendo hacerlo-le susurre siseante, para despues apartarme de ella, mirandola a los ojos, dejando que aquel agarre de sus manos no dejara de ser fuerte, no queria otro puñetazo en su rostro, no en aquel momento- No pienso eso de ti, has mal interpretado lo que he dicho, decia que querias escucharme para ti misma...Y te puedo decir una cosa, hacia mucho...que no sentia esta excitacion por nadie...y no dejare que me dejes escapar, porque se que tu...-mi mano empezo a adentrarse en su falda, acariciando aquel lugar sagrado y tan buscado por los hombres-...tu tambien me deseas...Niamh...-

- Te estoy demostrando de lo que esta hecho Sirius Black, preciosa, asi que preparate..porque esto..puede ser muy rapido o muy lento..todo depende como te portes-le comente infantil, mientras mis dientes dejaban su cuello para susurrar en aquel niveo oido.

Mi mano, empezo a apartar aquella maldita tela que habia en aquel lugar, acariciando el sexo de la joven con lentitud, sin llegar a penetrarlo con su dedo, mientras miraba el rostro de la joven en busca de una reaccion. Aunque lo negara, aquella chica lo estaba disfrutando muchisimo, y aquello le hacia sentir muy bien consigo mismo. Introduje mi dedo con cuidado, mientras mis dientes volvian a atacar esta vez su mejilla, para despues susurrarle sensualmente en el oido.

- Te juro que...me acordare toda mi vida de ti, cuando este con cualquier otra-le confese, a sabiendas que el jamas mentia. Podia decir que aquella chica le habia calado hondo-

Senti aquellos besos y mordiscos en mi nuez, haciendo que aquellos jadeos que el misma dejaba escapar en sus labios, se intensificaran, hasta que senti aquel chupeton. Mire mal a la chica, mientras introducia otros dos dedos dentro de ella, haciendo que se movieran con rapidez y rudeza. No le gustaban para nada aquellas marcas y mucho menos en aquel lugar tan visible, asi que decidi dejarle claro que aquello no le habia gustado. Mordi con fuerza su cuello, dejado impresa la marca de mi mandivula. Al verlo, sonrei complacido, para despues acercarme a su oido.

- Si te suelto...me prometes que no me haras daño, ni que te marcharas..y que seguiremos haciendo lo que hacemos?-le pregunte dudoso, el queria poder sentir las manos de la chica en su cuerpo pero no sabia si se podia fiar de aquella joven que acababa de conocer-

Escuche aquellas imposiciones, asi que decidi soltar aquellas manos haciendo que aquella otra mano arrancara la camisa de la chica, para despues empezar a acariciar aquellos pechos desesperado, dejando ver lo mucho que le deseaba. Deseaba tenerla entre sus piernas gritando su nombre, y lo conseguiria.

Mire a la chica, desafiante, mientras acariciaba mi propio miembro, estaba muy hinchado y no podia evitar el sentir aquel dolor que hacia aquellos mucho mas delicioso. Mis dedos se metieron con mas fuerza dentro de ella si eso era posible, para despues morder su cuello, friccionando nuestros cuerpos desesperado

- Quiero...sentirte gritar...mi nombre....-le confese sin ninguna verguenza, mientras sentia como mi flequillo ocultaba mis ojos, haciendo imposible el ver aquel deseo irrefrenable que circulaba por mis venas y se reflejaba en mis ojos-

- No puedo...soy un perrito, y los perritos...ladran...-le comente, dejando escapar un pequeño ladrido en su oido, mordiendo su lobulo- Lamen...-lami su mejilla, hasta quedar delante de su rostro, dejando que mi lengua mojara mis labios-...Y...saben dar mucho...placer....Niamh...-

Despues de susurrarle aquello, deje escapar un gemido casi inaudible, al sentir aquella pequeña, suave, y fria mano encima de mi miembro. Mordi mi labio, mientras mis dedos entraban mas dentro de ella, dejando que rozaran aquellas paredes con cuidado, dejando que mi pulgar rozara su clitoris con delicadeza. Sabia que aquel lugar era muy intimo para una joven y lo que no queria era hacerle daño. Jamas dañaria a una joven y mucho menos una chica tan interesante como aquella. Mordi su mejilla con fuerza, sonriendo, mientras apartaba mi flequillo, dejando ver aquellos ojos azules que todo Hogwards deseaban. Pero en aquel momento, eran solo de la chica que tenia delante.

- ...Ves...ya susurraste mi nombre...-le comente bromista, dejando ver aquel orgullo y aquel narcisismo tipico de aquel joven Black-