Comprobando una cosa (Helena)

-Es casi imposible que Lucius y yo estemos juntos. Nos odiamos -le dije mientras miraba hacia el horizonte.
-Si, solo un poco pero es por volver a estar a tu lado -le dije sonriendo.
-Ya sabes que yo con poco me pongo nerviosa -le dije sonriendo mientras lo miraba.
Puse mi mano alrededor de su cintura y apoyé mi cabeza en su hombro.

La miré fijamente, estudiando sus reacciones ante cualquier mínimo dato que pudiera revelarme lo que sentía. ¿De verdad tendría ganas de sonreír o sólo es una máscara?
Cuando apoyó la cabeza en mi hombro y pasó un brazo por mi cintura, en lugar de apartarme pasé el mío por su espalda, hasta apoyarse en el hombro de ella.
- Helena... ¿qué vas a hacer?- dije insondable, esperando que entiendiese a que me refería a "nosotros". Si existía un nosotros.

Noté como él pasaba un brazo por mi espalda y después lo apoyaba en mi hombro. Escuché su pregunta pero no sabía que responder.
-No sé lo que voy a hacer. Te quiero -le dije mientras lo miraba de reojo -pero no sé si podemos volver a salir, si volvería a salir bien, si los dos estaríamos bien juntos de nuevo. -le confesé.
No estaba demasiado segura de que lo nuestro volviese a funcionar aunque yo seguía quieriendo a Remus como el primer día.
-Pero pase lo que pase, quiero que sepas que te sigo queriendo -le dije antes de darle un pequeño beso en la mejilla.

Sonreí al notar un beso en mi mejilla. Nunca cambiará, esta Helena... A veces dudaba de si no se habría obsesionado un poco, o simplemente es que me quería demasiado. Casi tanto como yo a ella.
- Lo sé, no me permites dudarlo- dije con una sonrisa torcida-.
No me sorprendía aquella confesión, sin embargo, por algún motivo, me hizo sentirme un poco incómodo. Yo también la quería, muchísimo a decir verdad.
- Yo también te quiero Helena, pero tampoco sé si todo volvería a ser igual- le confesé-.

-Ha pasado demasiado tiempo. Tal vez si hubiesemos vuelto a hablar al poco tiempo de dejarlo habría sido más fácil volver a estar juntos.
-No puedo dejar de quererte -le confesé mientras lo miraba. -Te quiero demasiado para olvidarme de ti.
Por fin lo había dicho. Ya no podía aguantar más sin decirselo. No era capaz de sacarme a Remus de la cabeza, era casi una obsesión.

- Helena, me confundes, no sé que hacer, de verdad- me limité a responder-. Quizás si probaras a conocer a otras personas- sije ocultando mi dolor-.
Sabía que me dolería verla con otro, pero tenía miedo de que si le dijese la verdad se espantase, chillase, me llamase monstruo o paria... cuantas veces había escuchado aquello de pequeño...

Me limité a bajar la cabeza al oir lo que dijo.
-Ya he probado a conocer a otras personas, pero no me sirve de nada -le dije sin levantar la cabeza.
Después, lentamente, comencé a levantar la cabeza y lo miré a los ojos sin ni siquiera poder tener una pequeña sonrisa en mis labios.
-¿De qué tienes miedo? -le pregunté mirandolo a los ojos.

Me rompió el corazón ver su rostro, tanto que no pude mantenerle la mirada. Bajé la cabeza al mismo tiempo que la giraba hacia otro lado, no lo soportaba. Entonces, me hizo la pregunta que en sí me asustaba.
- Eso es algo que por tu bien no lo sabrás nunca- me limité a responderle con voz baja pero concisa-.

Lo miré algo extrañada cuando dijo que era mejor que no lo supiese. Tal vez si lo sabía podría ayudar a superar ese miedo, pero si él no quiería decirmelo yo no iba a insistir, no quería ser pesada.
-¿Qué vamos a hacer ahora? -le pregunté mientras lo miraba a los ojos.
Esta vez no iba a apartar la mirada, estaba dispuesta a aceptar lo que él dijese, fuese lo que fuese.