Todo por un aprobado {Lucius} {HOT +18}

Dejé que girara, pero ahora parecía que había tomado el control sobre la situación y eso no me gustaba mucho, aunque no dije nada. Me dejé llevar por unos instantes, cerrando los ojos al sentir sus mordiscos. A cada segundo mi deseo de hacerla mía allí mismo aumentaba. Giré poniéndola en la posición de antes.
- ¿Que crees que quiero?-pregunté, pero no querría ninguna respuesta. La besé intensamente mientras mis manos desabrochaban los botones de su camisa.

Volvió a girarme y aunque no me gustaba estar así, no me moví. Sabía que Narcissa no era como las demás. Ella se parecía en algo a mí. Al igual que a mí le gustaba tener el control.
-Exacto.-contesté en un susurro, también. Acaricié su cintura con la manos. Me sentía incomodo así que volví a darle la vuelta y subí mis manos hasta sus hombros. Bajé la camisa mientras acariciaba su piel por el camino. Empecé a bajar por su mandíbula dando pequeños besos. Me paré un poco en su cuello oliendo su fragancia que tanto me había gustado desde que la percibí por primera vez. Seguí mi camino saboreando su piel hasta su hombro y bajé un tirante del sujetador para que no moleste. Levanté la cabeza para mirarla a los ojos y besarla de nuevo.

Me pegué mas a ella acariciando su espalda.
-¿Acaso no se nota lo que estoy haciendo?-pregunté con una pequeña sonrisa, subiendo mis manos hasta su sujetador.
Ya no me importaba que estuviésemos en la biblioteca ni nada de eso. En ese momento solo querría tenerla. Aunque no sabía si eso era solo hasta que consiga lo que querría. ¿Me olvidaría de ella después de eso como de todas las demás? Quién sabe.

El tacto de sus manos y mi piel me producía una sensación muy agradable. No querría por nada del mundo de que parara de tocarme.
Unos instantes después me encontraba sin camiseta y ella se agachó para coger la suya. Es entonces es cuando su boca se abrió para hablar.
¿En serio que pensaba dejarme así como así? Escuché atentamente lo que decía y me sorprendí. Nunca pensé que Narcissa Black aún fuera virgen, pero supongo que las apariencias engañan. Cogí su camisa y se la quité de las manos tirándola al suelo.
-Si apuestas por eso fijo que ganas.-dije tranquilamente, cogiéndola de las muñecas y pegándolas a la pared.
-¿Si reúno todos los requisitos, que mas te da donde hacerlo si es conmigo? Además sería algo especial, no como los demás.-dije mirándola a los ojos. Me acerqué a su oído.
-No me hagas esto.-susurré para después acercarme a sus labios lentamente. Volví a mirarle a los ojos.
-No te vayas.-volví a susurrar sobre sus labios.

Al sentir que me volvía a besar me sentía aliviado, aunque no me gustaba sentirme así. Sentía que si ella me dejaba en esos momentos me sentiría vacío. Empezaba a odiar ese sentimiento. Nunca me había sentido de esa forma.
Sonreí al oír sus palabras y mientras que me mordía la oreja acariciaba su cintura. No estaba demasiado convencido con la palabra, obedecer. Yo nunca obedecía a nadie si no era mi padre. No dije nada por el momento y me dejé llevar.
Me di cuenta que entrabamos en la sección prohibida. Sonreí disimuladamente y la apreté mas a mi cuerpo.
-Bonito lugar.-dije bajito y me acerqué lentamente a su oído al oír su orden. Estaba claro que no iba a obedecer. Mi orgullo no me lo permitía llegar a eso.
-¿Y por que no me la quitas tú?-le pregunté en un susurro acercando mi mano a la cremallera de su falda.

Sonreí sin dejar de mirarla a los ojos. Dejé que empezara a desabrocharme el pantalón, pero no la ayudé ni un poco y no pensaba hacerlo. Me quedé jugando con la cremallera de su falda, aunque no demasiado.
La desabroché con un rápido movimiento para que no me pudiera parar. Me acerqué a su oído quedándome unos instantes quieto allí, solo respirando.
-¿Que tal si lo hacemos a la vez?-le pregunté mientras le bajaba la falda. Apreté su trasero como ella me lo había echo antes.

Negué con la cabeza levemente.
-Para nada. Para mi esto no es ningún juego.-dije acariciando su espalda suavemente.
Sonreí al ver como bajaba su mirada. Di un beso largo en su hombro y empecé a subir por su cuello, mientras mis manos seguían acariciando su espalda. Su sujetador empezaba a molestarme, bastante..
Lo desabroché con facilidad y la besé para que no dijera nada. Se lo quité tirándolo al suelo.

¿Por que siempre tenía que añadir algo? ¿Por que tenía que preguntar? No querría estropearlo por nada del mundo, pero no sabía que contestar. ¿Que era esto en realidad? No tenía ni idea.
-Es algo que siempre había deseado.-dije bajito.
Me relamí los labios al sentir su mano acariciando mi miembro. Cada vez la deseaba mas y mas. La besé con algo de desesperación mientras le masajeaba los pechos.

Oí con dificultad lo que dijo, pero al fin y al cabo lo oí. Por lo menos ahora ya no le era tan difícil reconocer que deseaba estar conmigo.
Aumenté el ritmo del beso mientras acariciaba suavemente su pierna y subía hacia arriba lentamente. Por alguna extraña razón me apetecía tomarme mi tiempo disfrutando con esa sensación. Me gustaba sentir su suave piel debajo de mi fría mano.
Introduje la mano en su ropa interior acariciando su sexo.

Sonreí levemente al ver que estaba disfrutando, aunque ella querría ocultar eso. Seguí acariciando su sexo para después introducir un dedo en su interior.
Rocé sus labios con los míos y bajé hasta su cuello. Lo mordí suavemente y succioné la piel para dejarle una marca. Sabía que después se vería perfectamente, porque ella tenía la piel pálida.
Volví a mirarla a los ojos con una sonrisa mientras introducía un dedo más en su interior.

Disfruté mucho del gemido o lo que era eso que salió de su boca. Sabía que ella intentaba no mostrar lo que sentía en ese momento. Lo sabía muy bien, porque a mi me pasaba lo mismo y en eso nos parecíamos.
Sonreí cuando me mordió la mandíbula.
-Ya lo sé.-contesté con orgullo. -Pero tu no te quedas muy atrás.-susurré mordiendo el lóbulo de su oreja.

Reí bajito por lo que dijo.
La miré a los ojos al igual que ella mientras ella se quitaba su última prenda. Tenía ganas de recorrer su cuerpo con la mirada, pero me contuve. Sonreí mientras volvía a acariciar su sexo.
La besé y me alejé unos instantes después..
-¿Te sientes preparada?-le pregunté en un susurro.
Nunca antes había preguntado eso a ninguna chica, pero ahora sentía la necesidad de hacerlo.